jueves, 26 de septiembre de 2013

Las Matemáticas de al-Ándalus para una clase de E.S.O.

Las pasadas XVI JAEM   de Palma participé con una comunicación con este título que pretende hacer un reconocimiento al periodo científico más importante que ha tenido lugar en la Península Ibérica y dar algunos recursos didácticos para utilizarlos en clase.
Os dejo un resumen de la misma y la presentación que utilicé.

 La historia de las matemáticas es un recurso que brilla por su ausencia en nuestras clases. Nos limitamos, en el mejor de los casos a contar alguna anécdota de matemáticos griegos como Pitágoras o Thales. Si hablamos ya de matemáticos españoles la ausencia es total. Además se une una concepción de la historia que yo por lo menos si viví, de considerar el periodo de al-Ándalus como algo “externo” a nuestra cultura y por tanto no se consideraban españoles a los personajes que no vivían en territorio cristiano, o incluso aquellos que vivían en ellos profesaban otra religión.
Sobre sus aportaciones a la ciencia también se les asignaba un papel secundario de meros transmisores de los conocimientos griegos.
Afortunadamente esta concepción ya parece superada pero el desconocimiento sobre este floreciente periodo de nuestra historia científica es muy profundo. Los árabes y bereberes que llegaron a la península Ibérica a partir del siglo VIII comenzaron por recurrir a los saberes legados por la civilización visigoda. Progresivamente, fruto de los contactos con Oriente, a través de las peregrinaciones a La Meca y del deseo de algunos soberanos del al-Ándalus en hacer de sus cortes centros de saber, se desarrolló en al-Ándalus una ciencia que presentó aspectos de gran originalidad. Así, mientras que el resto de la Europa medieval, permanecía en la Edad Oscura del conocimiento, al-Ándalus florecía. La ciudad de Córdoba era uno de los centros culturales más importantes del mundo conocido, el otro fue Bagdad. Cuando hablamos de matemáticos en esta época tenemos que tener en cuenta una «confusión» entre las diversas ramas del saber, la escasa independencia que hay entre ellas, tal y como lo entendemos hoy, en donde los campos propios de la Medicina, la Farmacia, la Música, la Óptica, la Astronomía o las Matemáticas no se confunden actualmente.


 Al igual que los griegos, los científicos del mundo islámico se distinguieron por el interés que tenían por todos los dominios y disciplinas científicas, por sus conocimientos enciclopédicos y por la diversidad y variedad de sus investigaciones: los matemáticos, por ejemplo, se ocupaban a menudo de la Medicina y sus ideas y teorías se encuentran en el origen de numerosos trabajos sobre Óptica o Música y, desde luego, de la Astronomía, ciencia que se confunde en gran medida con las matemáticas en el mundo árabe. Es más se podría afirmar que es la Astronomía la que juega un papel decisivo en el progreso de las matemáticas en el Próximo y Medio Oriente. Al igual que los matemáticos indios o chinos, los del mundo islámico eran muy a menudo astrónomos.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Una historia de la proporción. Desde la prehistoria al número de oro.

Yo soy muy futbolero, y pienso que los profesores somos en cierta manera como los entrenadores de fútbol (los normales, no como el impresentable de Mou) Cargamos a nuestras espaldas los fracasos y pasamos a un segundo plano en las victorias y triunfos. Con jugadores excelentes, como Iniesta o Falcao, se juega  siempre bien.
Este es el caso de mi queridísimo Manuel García Piqueras a quien tuve el placer de darle clase en mis comienzos cuando yo trabajaba entonces en academias. Además tuve la gran alegría de tenerlo como compañero en el IES Maestro Juan Rubio de la Roda cuando él comenzaba en esta bendita profesión de profesor de matemáticas. Hoy lo cuento entre mis entrañables amigos.

Manuel acaba de publicar en Nivola el libro "Una historia de la proporción. Desde la prehistoria al número de oro" 



Cuando coincidimos en la pasada semifinal de la olimpiada, tuve la oportunidad de ojear el libro y pude comprobar que, aparte de ameno y bien documentado, constituye un material valioso para el quehacer diario del profesor. Contiene actividades y propuestas útiles y prácticas para la clase diaria.
No puedo más que recomendarlo vivamente y pedirle a todos mis compañeros que lo compren, lo lean y lo utilicen para sus clases.



 Permitirme además que me sienta orgulloso de Manuel, a sabiendas de que todo el mérito es suyo, y pueda decir satisfecho que ha sido alumno mío.

Con Manuel y MªJosé en la comida de fin de curso 2002/2003 en La Roda



Artículo sobre el libro de Manuel en la revista Mirador del Altozano  página 25